En días pasados se dio a conocer que la vacuna Cubana es equiparable en eficacia y efectividad a las vacunas estadounidenses, incluso superior a la de AstraZeneca que recibimos hace unos días las personas de 40-50 años.
Con ese hecho, Cuba rompe el paradigma que la investigación y desarrollo de fármacos, es ultra costoso; quiere decir que, estamos ante un desafío a las potencias económicas y farmacéuticas quienes han lucrado -no solo con la pandemia- sino con otros padecimientos como el Cáncer, haciéndolos prácticamente inalcanzables para la población, obligando a los gobiernos de todos los países a comprarles tratamientos y depender de ellos.
Recordemos que México en los últimos 12 años, desmanteló el Sistema Nacional de Vacunación,
el mismo que en 1952, declaró ser autosuficiente en producción de vacunas, e incluso, hasta hace poco, había cumplido prácticamente todas sus metas en la erradicación de enfermedades pandémicas como la poliomielitis, la difteria, el sarampión y el tétanos nenonatal, así mismo, para controlar la tos ferina y tuberculosis.
Cuba no ha cedido en sus políticas de salud pública, se habla de grandes avances en la lucha contra el cancer y más recientemente en el desarrollo de la vacuna contra el COVID-19.
¿Cuál es la relación entre las protestas y la vacuna en Cuba? Los intereses económicos y geopolíticos. Si bien en la isla hay grandes retos sociales, las manifestaciones supuestamente motivadas desde el exterior, pueden pretender inducir a una desestabilización política interna que fragüe otros componentes de desarrollo, como el de salud, una costosa moneda de cambio, para la única nación en Latinoamérica que ha demostrado resultados en investigación y desarrollo de medicamentos, sus científicos no han migrado y están aportando a su país, como no ha sido en el caso de México.
En Cuba existen grandes carencias incluso a pesar de contar con una vacuna propia eficiente, no han logrado vacunar a la mayoría de su población, que ha sido muy afectada por la pandemia y las restricciones económicas impuestas en el país. Es imperante que la ayuda internacional llegue a Cuba sin demeritar su soberanía.
Lo de Cuba puede ser un reflejo de lo que puede ocurrir en nuestro país si no se pone un alto a los mecanismos de control impuestos por las grandes potencias.